domingo, 23 de junio de 2013

Explosiones

Acabo de oir varias detonaciones de pólvora y he visto sus reflejos en el edificio de enfrente. He corrido a una de las ventanas que dan al otro lado y los he visto: Fuegos artificiales.

Espero que mis hijas hagan esa misma asociación el día de mañana y que las únicas veces que estén expuestas a una explosión sea en las fiestas de su barrio, pueblo o ciudad. Ojalá fuera así para todos los niños, para esa humanidad del futuro que ya está entre nosotros.

Si queremos dejar un mundo mejor a nuestros hijos, tenemos que ofrecer un presente mejor a los que ya son sus coetáneos. Si no luchamos por los derechos de todos los niños, estamos fallando a nuestros hijos, aunque le demos todo lo que creemos que es bueno para ellos; tanto en lo material, como en lo afectivo.

Ser buenos padres no sólo nos genera obligaciones hacia nuestros hijos, sino hacia toda la humanidad. Vivimos en un mundo global. Tenemos responsabilidades globales.

Y, la gran pregunta, ¿cumplimos con ellas?

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