domingo, 2 de septiembre de 2012

Pediatras

Hace tiempo que quiero hacer una entrada sobre los pediatras, más concretamente, sobre el nuestro; pero no sólo.

Los pediatras son esas personas que nos acompañan a lo largo de la infancia y pubertad de nuestros hijos, ayudándonos a prevenir y afrontar los problemas de salud que puedan surgir. Por tanto, son personas importantes en la vida de nuestros hijos y nuestras familias.

Pero no todos los pediatras son iguales. Y no me refiero sólo al físico,  sino a la calidad profesional y personal.

Cuando nació Pirañita, decidimos llevarla al pediatra que tiene su consulta en el portal de al lado. Jugaban a su favor la próximidad y el echo de no necesitar cita previa, a pesar de lo cual no suele haber que esperar demasiado para que te atienda.

Yo siempre he dicho que nuestro pediatra no es que fuera de la vieja escuela, es que la fundó él.

Ni que decir tiene que es un señor mayor, pero, además, tengo la sensación de que lleva un par de décadas sin someterse a reciclaje alguno:

- "El pecho, a golpe de reloj, cada 3 horas, 10 minutos por pecho."
- "Entre tomas, le das agua."
- "Por la noche, 6 horas sin toma, para que se acostumbre a dejaros dormir. Si hace falta, le dais un poo de agua y chupete."
- "Si no hace cacas todos los días, está estreñida. Una cucharadita de zumo de naranja todos los días y verás que bien."
- "Habrá que ir dejando el pecho y dando biberón, que hay que meter ya las papillas." (consulta a los tres meses)
- "Dentro de dos semanas, empezamos con la papilla de frutas en la merienda. Se la haces con cualquier fruta, yogur natural o requesón y un chorrito de miel, para endulzar." (para un bebé de 3 meses y medio - cuatro)
- "Dentro de poco, hay que empezar con la papilla de 5 cereales." (para lo 4 meses)
- "¿Sigues dándole pecho? A este paso se casará y tendrás que ir a la iglesia a darle el pecho." (por mi bebé de 8 meses)
- "¡Eso es una exageración!" (sacar y guardar leche para las papillas)

Cuando pregunté si no sería malo dar miel, por aquello del botulismo, me preguntó dónde había oído semejante tontería. Que la miel es muy sana y muy recomendable a todas las edades y eso de esperar hasta el año no lo había escuchado en su vida (y eso que lo pone en los botes de miel...).

Con la mayor, escuchaba lo que decía, le daba la razón en todo, incluso si me trataba como si fuera tonta, y hacía lo que consideraba oportuno en cada momento. Vamos, lo que me daba la gana.

Con la pequeña, la consulta de los 3 meses fue la última: Deja la lactancia, mete leche de fórmula y papillas, qué burrada que almacenes leche...

¿Qué sentido tiene ir al médico si vas a pasar de todo lo que te dice?

Pensé en buscar otro pediatra, cosa en la que mi marido me apoyaba al 100%, pero, ¿por dónde empezar? El ensayo error se me hacía muy cuesta arriba, así que lo fui dejando.

A los 6 meses, nos tocaba vacuna, y allá que fuimos. La enfermera se alarmó un poco de que nadie la hubiera reviasado a los 4 meses y habló con una pediatra del ambulatorio (la que ella considera "la mejor"), que, a pesar de que se marchaba, nos hizo el favor de mirarla.

De momento, ya tenemos pediatra, pues hemos hecho las gestiones para que nos asignen a esta buena mujer. No sé qué tal nos irá, pero al menos le pareció lo lógico que estuviera con lactancia exclusiva y fuera a introducir alimentos complementarios ahora.

Como he dicho, el pediatra ha de ser una persona que trabaje con nosotros por la salud de nuestros hijos. Por tanto, hay que elegirlos con esmero.

Espero que ahora nos vaya mejor y podamos establecer con la nueva pediatra de las niñas la relación de colaboración, mutuo respeto y confianza que debería haber entre médico, paciente y padres.

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