martes, 25 de septiembre de 2012

7 meses con Cachorrito

Hoy hace 7 meses y está preciosa.

El último mes ha pasado volando, como siempre.

Ayer alcanzó un nuevo hito: Subió sola las escaleras del tobogán. Ya gatea y se pone de pie a la menor oportunidad, incluso puede empujar algo y avanzar despacito, pero lo de los escalones me dejó fuera de juego. ¡Nunca dejan de sorprendernos!

Ha empezado a ir con nosotros a la piscina y, como en el resto de sus movimientos, se la ve bien coordinada.

En cuanto a la motridad fina, sigue utilizando la pinza básica, aunque, una vez tiene el objeto en la mano, puede fijarlo poniendo el pulgar en oposición. Le gustan mucho coger trocitos de pan o fruta.

Y, hablando de comida, este mes empezamos la introducción de alimentos distintos de la leche materna. La sentamos a la mesa familiar y procuramos que su menú se parezca al nuestro tanto como sea posible. Come purés, porque nosotros comemos purés, pero también trocitos de cosas. Hasta la fecha, ha probado: Patata, zanahoria, calabaza, calabacín, berengena, salsa de tomate, ajo, ternera, pollo, pasta para sopas, arroz, cereales para bebés sin gluten, galletas María, pan en varios formatos, naranja, manzana, pera, plátano, sandía y mango. Igual me dejo algo, pero creo que es un comienzo espectacular. Además, le gusta ser ella quien marca el ritmo y casi siempre la dinámica es: Mamá llena la cuchara, Cachorrito la coge, la vacía (sobre la bandeja, el suelo, la ropa, la cara, la cabeza, Mamá... y algo dentro de la boca), Mamá forcejea por la cuchara y volvemos a empezar.

Se mira mucho en el espejo y se encanta. También le gusta el cucu-tras y da continuidad al objeto.

Explora todo con la boca y ya tiene los dos incisivos frontales de abajo. ¡Pega unos bocados...!

Se nota que llora menos, aunque el carácter no se lo quita nadie.

Está más sociable con los adultos y acepta a otros niños, pero quien más le gusta es su hermana, con quien quiere estar y jugar, a pesar de que cobra de lo lindo en cuanto me descuido.

Ha aprendido que la mejor defensa es gritar como una posesa para que venga Mamá y lo hace, incluso, de forma preventiva (cosa que no me extraña, porque con lo bruta que es su hermana...).

Odia que la vistan y tolera mal estar quieta (o que esté quieto quien la sostiene).

Es una cotilla y quiere verlo todo, hasta el punto de quedarse sin comer. El mínimo sonido o movimiento llama su atención.

Es mi niña y es maravillosa. Pedir que durmiera ya sería demasiado, ¿verdad?

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