domingo, 29 de julio de 2012

Colechando a los 30

Ya he contado otras veces que no colechamos con las niñas.

El caso es que el otro día estaba la Superabuela y pusimos a las niñas a echar la siesta. Y, ni cortas ni perezosas (igual un poco perezosas sí), nos echamos las dos en la cama.

Y, ¿hasta que edad durmieron sus hijos con usted?

Mi madre puede decir que, a los 30, su hija aún dormía con ella esporádicamente.

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