jueves, 14 de junio de 2012

19 meses con Pirañita

Ayer nuestra Pirañita hizo 19 mesazos. Parece que fue ayer que nacía y ya es toda una señorita... ¡Y hermana mayor, nada menos!

Este mes ha sido superintenso para ella. De hecho, ahora me doy cuenta de que las dificultades que estamos pasando con el PIS pueden ser una respuesta normal a tanta movida seguida: Cambio de cuna a cama, un fin de semana y otra semana entera en casa de los abuelos, llegada del calor veraniego y consiguiente cambio de vestuario, desaparición de la bandeja de la trona para comer en la mesa, retirada del pañal... y, además, inicio de celos por su hermana dignos de tal nombre. ¡Casi nada!

Un montón de cambios que se suman a los que ella misma va teniendo, como la explosión del lenguaje que estamos viviendo. Cada día aumenta su vocabulario, aunque sea en ese idioma que sólo ella habla y únicamente nosotros comprendemos.

También hemos empezado las perretas, las pesadillas, establecido claramente el juego simbólico, desarrollado la capacidad para el ocio pasivo...

Hay gente que dice que, a veces, los niños sufren un retroceso y, en algunos aspectos, estoy segura de que dirían que mi hija es un claro ejemplo. Sin embargo, yo lo que veo es que mi hija avanza y, en ocasiones, su manera de manejar el estrés que los cambios le suponen nos recuerda que sólo es una niña muy pequeña, un bebote que está descubriendo que no es el centro del universo y que vive en un mundo grande y cambiante que, en ocasiones, puede ser emocionante hasta el punto de asustar un poco.

Espero que, al menos, se dé cuenta de que no está sola, ahora ni nunca, porque, mientras nosotros estemos aquí, tendrá un abrazo cerca, un beso en el chichón, una caricia donde duele, una mano con la que equilibrarse y dos brazos para levantarla.

¡Qué mayor se me está haciendo...!

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