domingo, 20 de mayo de 2012

Madres mejores y peores

Todas las madres somos "malas madres" a ojos de alguien y, sin embargo, (salvo excepciones relacionadas con el maltrato y el abandono) las mejores madres a las que nuestros hijos pueden aspirar.

Nadie puede querer a mis hijos como yo los quiero. Es una suma de aspectos biológicos, psicológicos y sociales irrepetible. Estoy diseñada genéticamente para amar a mis hijos y hacer todo tipo de renuncias en favor suyo, y la sociedad tiende a valorar eso como positivo, aunque sólo sea de boquilla.

Existen distintos modelos de crianza (natural, tradicional, democrática...), y tantos estilos como padres y, si me apuras, como relaciones padre-hijo; porque, en una misma familia, cada hijo tiene unas necesidades distintas y, en base a eso, actúan los padres.

Hoy día, ser padres es especialmente difícil porque, en una sociedad individualista y edonista como la nuestra, los hijos de los demás se perciben como un lastre o un incordio en muchos casos. Ni siquiera hay solidaridad entre padres, más allá de aquellos que viven la misma fase de desarrollo y problemas que tú.

Por supuesto, estoy universalizando, que es algo muy injusto en la medida en que hay personas maravillosas y comprensivas con un gran espíritu solidario en todas partes; pero yo hablo de mi percepción repecto de la mayoría, y es esa.

De hecho, es curioso como, si navegas por internet (qué peligro tiene el exceso de información no contrastada y sesgada), encuentras grupos de integristas de la crianza de tal estilo o tal otro, que desprecian a aquellos que eligen otras opciones distintas de las suyas para criar a sus hijos. Y da igual si "duermen al niño" o lo " besan mucho", hay intolerantes en todos los bandos.

Yo soy forofa de la lactancia materna, por ejemplo. Tengo un fular, mochila de porteo, me gusta dejar que mis hijas exploren... Pero no colecho, no compro todo eco-bio, tengo carrito, guío el aprendizaje de mis hijas y, desde luego, las tengo al día en sus respectivos calendarios de vacunación.

Si intentan catalogarme, no lo tienen fácil, porque no me ajusto a pies juntillas a lo que dicen unos y otros. Hago lo que puedo lo mejor que sé. Busco lo que se adapta a mi familia, mis necesidades y mis capacidades. Hago cosas porque me gustan o porque no tengo otro remedio. Y, como todo el mundo, acierto y me equivoco.

Vivo con la culpa, como todas las madres: Porque llora, porque no llora, porque les consiento, porque soy demasiado estricta, porque me como el tarro, porque no me lo como...

Pero lo peor no es la culpa porque tú dudas, sino la culpa porque te hacen dudar: "Si haces tal, le traumatizas", "si no haces cual, le traumatizas", "si haces no-sé-qué, pones en riesgo su salud", "si haces qué-sé-yo, pones en riesgo su vida"... Y lo peor es que muchas cosas son pares de opuestos: Colechar/dormir solo, llorar/no llorar, teta/biberón, brazos/no brazos, quedarse en casa/trabajar fuera... Da igual lo que hagas, alguien vendrá a señalarte por "mala madre".

Un vecino de mis padres solía decir respecto de la educación de sus hijos: "Nos equivocaremos muchas veces, pero nos equivocaremos nosotros." Y estoy de acuerdo. No necesito que nadie venga a acertar y equivocarse por mí, que para eso ya estoy yo.

No creo que quien da el pecho sea mejor madre que quien no lo da, por mucho que sea un alimento mejor y tenga aspectos psico-afectivos vinculados. No creo que aa nadie que "niegue" la teta a sus hijos para fastidiar. La lactancia materna es muy dura y sacrificada, incluso si todo a bien; así que no me quiero imaginar cómo será si las circunstancias conspiran en tu contra. Los niños crecen fuertes y sanos con la leche de fórmula y no creo que piensen que su mamá les quiere menos.

No creo que sea mejor madre la que se queda en casa, como no creo que lo sea la que trabaja fuera. Hay mujeres que desean estar todo el tiempo con sus hijos (y se lo pueden permitir) y otras que descubren que pasar unas horas separados les hace disfrutar más del tiempo que pasan juntos (se han echado de menos, hay un reencuentro, se han "oxigenado" un poco...).

No creo que colechar haga a una madre mejor que otra, como no creo que poner al niño a dormir solo sea de mejores madres. Cada familia tiene sus pautas de comportamiento, sus valores y sus normas de convivencia. Si a cada cual le funciona lo suyo, que se preocupe de que le siga funcionando y deje en paz a los demás.

Lo que hay que hacer es aceptar que cada persona es distinta (padres y niños por igual) y que lo que es bueno y te funciona a ti, igual no es tan bueno ni funciona tan bien cuando lo aplico yo.

Respeto y oportunidad para que cada uno haga lo que crea mejor. Eso es por lo que hay que luchar. Ese es camino hacia una sociedad mejor y más justa para padres, hijos y familias, tal y como yo lo veo.

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